sábado, 21 de julio de 2018

Kiss y Megadeth - 8 Julio 2018 - Wizink Center, Madrid


Apuesta segura. Éxito garantizado. Caballo ganador. La diversión y el espectáculo que ofrecen Kiss llevan esos adjetivos y es lo que buscamos las miles de almas que abarrotamos el palacio de los deportes para pasar unas horas de desfase y disfrute de mano de una de las bandas de rock and roll más originales en directo de todos los tiempos.


Abría la velada, sorprendentemente por lo diferente del estilo, nuestro siempre alabadísimo reverendo Dave Mustaine, en un concierto trampa (mucho público a tus pies, pero no sabes si ni siquiera te conocen), que solventó bien a la mitad, y me explico. Bien es sabido que las bandas teloneras siempre cuentan con peor sonido que la banda principal, cosa totalmente entendible y asumible por parte de banda y público. Pero ese mal sonido inicial, que parecía cosa de la técnica, no fue escusa, sino una de esas cosas a las que el pastor Dave nos ha ido ya tristemente acostumbrandos. Me refiero a su ya casi inexistente voz, de la que nunca  fue un portento, pero que ahora hay que rebuscar más en el público que saliendo de su garganta. Pensábamos que las guitarras estaban demasiado altas o la ecualización descompensada, pero no era así, ya que los instrumentos tras 2 o 3 canciones comenzaron a sonar muy bien, pero la ronca y muy baja voz de Dave no se oía ni por casualidad. Al menos no le faltó energía ni calidad en la guitarra y el público respondió mucho mejor de lo que me esperaba, ya que no nos engañemos, el público de Kiss y de Megadeth no son normalmente el mismo. 






Los temas fueron coreados y disfrutados, y es que la banda dio uno de los mejores conciertos que les he visto, los fichajes son de una calidad extraordinaria: el belga Dirk Verbeuren a la batería (alguien que ha estado en los gores Aborted, que por cierto, nos visitan en noviembre, tiene que ser una máquina) sustituye (al fin) al soso de Shawn Drover, y dio un concierto estupendo, y Kiko Loureiro (recambio del gran Chris Broderick) demostró una maestría fantástica, este Mustaine se busca unos guitarras fuera de lo común, hacen que los solos de sus canciones parezcan fáciles de memorizar y tocar en unas semanas, vaya fieras. Y qué decir de Junior, parece que nunca se fue, es el brazo de derecho del pastor y parte activa del éxito actual del combo. Las proyecciones durante el concierto fueron muy acertadas y animadas, sobre todo los cortos de las canciones de Dystopia, del  que cayeron el temazo homónimo (esa guitarra durante el estribillo es de 10) y The Threat Is Real. Abrieron la velada con su clásico Hangar 18 para empezar con las cuerdas calentitas, sorprendieron a continuación con la poco habitual The Conjuring del Peace Sells y del que también cayó la inusual My last words y el cañonazo Peace sells con imágenes de militares de fondo. De Tornado of  Souls  siempre me fijo en el solo para valorar al guitarra de turno, en este caso: un sobresaliente para Kiko. Los clásicos Symphony of Destruction (¡Megadeth, Megadeth, lololo, Megadeth!) y Holy wars completaron el genial y corto set list, y dejaron como outro la rara pero chula Shadow Of Deth del raro pero chulo The System has failed. Un buen concierto en líneas generales, empañado por la labor vocal, una pena.



Set List:

Hangar 18
The Threat Is Real
The Conjuring
Take No Prisoners
My Last Words
Tornado of Souls
Dystopia
Symphony of Destruction
Peace Sells
Holy Wars... The Punishment Due 


Hago un pequeño inciso para destacar el desproporcionado tamaño de la zona de la pistaVip: asumo, aunque no comparto, que se haya puesto de moda este concepto de pagar más por ver mejor a la banda en las primeras filas, pero que dicha zona ocupe la mitad del pabellón me parece ya excesivo. 


Hecho el paréntesis. Llegaba el  tiempo para la fiesta. Y la banda principal adoleció del mismo fallo que los teloneros, pero la diferencia, es que aquí no importa: la voz de Paul Stanley hace tiempo que es una amalgama de gallos, y algunas líneas vocales o canciones enteras  suenan sin melodía y sin seguir el ritmo, pero...¡nos da igual!, ¿Y por qué a Megadeth no se le perdona?, porque estos, sólo cuentan con su música, Dave no da saltitos ni lleva artificios, y si la música no está al 100%, el show queda cojo. En cuanto a Kiss, mientras el resto de cosas del concierto nos haga sentir como en una fiesta de película, perdonamos que el maestro de ceremonias hable como un patito de goma A su favor no olvidemos que este señor cuenta con 66 tacos a sus espaldas y, como he comentado en la crónica del Download, da mil vueltas en actitud y energía a muchas bandas con miembros de menos de 50 años que se asomen por los lares del rock. En cuanto al resto de voces nada que objetar: Mr. Simmons, que nunca tuvo una técnica ni una voz prodigiosa, canta y toca exactamente igual que hace 30 años. Es una lástima que Eric Singer y Tommy Thayer solo se canten un tema cada uno (Black Diamond y Shock me, respectivamente), ya que lo hacen francamente bien para no ser cantantes, y en cuanto a sus instrumentos, también son los mejores de la banda. 



Al show le faltaron algunos trucos (el bazoka, el humo de la guitarra de Thayer, el chorro de luz de la guitarra de Stanley), pero contó con toda la artillería pesada en cuanto a fuego y petardazos y con el resto de artificios: las plataformas, vuelos, pantallas, discursos divertidos, bailes sensuales, gestos provocativos,  etc. son el envoltorio ideal para esos temas básicos y fiesteros, con estribillos fáciles y coreables, esos que son fáciles de memorizar y disfrutar en una escucha rápida, de ahí su éxito entre los más pequeños (había muchos niños entre el público): son fáciles de escuchar y sus conciertos son como un parque de bolas, todos volvemos a ser jovenzuelos en un concierto de Kiss: saltas, ríes, gritas, haces amiguitos…y lo mejor de todo, los adultos del escenario te animan a que no pares de hacer el mono.



En cuento a temas, eché de menos algunos clásico, sobre todo Strutter, pero de un tiempo a esta parte, de bandas que ya he visto varias veces y con set list muy parejos entre sí, los temas poco habituales, esas pequeñas joyas escondidas en sus discos y que no suelen aparecer en los directos habituales, son las que más me suelen gustar en los conciertos. Por ejemplo, del Sonic Boom, para mí, uno de los mejores discos de su carrera, tocaron Say yeah, y de los más antiguos me gustaron Shock me y Flaming Youth acompañado de entrañables imágenes antiguas de la banda 




Otro asunto a destacar: vale que haya gente que vaya a verlos por curiosidad y no se sepan todos los temas, pero que estando Paul en la mitad del pabellón cantando a capela Black Diamond, y darme la impresión de que yo era la única persona en varios metros a la redonda que se la sabía, me hizo sentir una especie de conexión mística con Paul: él ahí con el foco puesto en la estrella de su ojo, mirando como un tío situado a su derecha es el único que berrea la estrofa inicial del tema, que humildemente ha pedido que cantáramos con él. Momentos mágicos, yeah.




Del resto de temas, pues cosas flojillas como Calling Dr Love, Firehouse o God of Thunder se ven amenizadas por sus respectivos trucos (flying Gene, por ejemplo). Otras canciones, mucho mejores y entretenidas por si solas (Love gun, I was made for lovin´ you, Detroit Rock City…) también tienen algún añadido especial (flying Paul, por ejemplo).
El final con Rock n roll all nite, es algo que debería vivir toda persona que le gusten bien la música, bien el jolgorio, o ambos. Durante ese tema hay ratos que no sabes lo que pasa en el escenario, parte por los papelitos (¿he dicho que me encantan los papelitos?), parte porque estás en un estado de alegría que te ciega, y joder, me da igual que Paul Stanley sea una fábrica de gallos y que a veces repitan cosas año tras año, pero mientras nos hagan vivir magníficas experiencias yo seguiré yendo a estos  parques de bolas.



Set list:

Deuce
Shout It Out Loud
War Machine



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