Scott
Travis (batería) Lanzamiento : julio de 2014
Ian Hill
(bajo)
Glen Tipton
(Guitarra)
Richie Faulkner
(Guitarra)
Rob Halford (voz)
Con sesenta y tantos años, normalmente la gente está en el
bar de abajo echando la partida o en el parque dando de comer a las palomas.
Esto es así, hasta que te cruzas con esta banda de veteranos indómitos que
llevan el metal en la sangre.
Seis años han pasado desde su antecesor, Nostradamus. En
medio, una gira de despedida que no fue tal, la salida de uno de sus
fundadores, Downing y la entrada de un joven talento, Richie Faulkner.
Debo admitir que ya poco o nada esperaba de los Judas, la
edad es justiciera implacable. Hasta que escucho por primera vez este Redeemer
of Souls, y entonces comprendo perfectamente el título. The Priest is back, y
viene pateando traseros.
En líneas generales me ha dado la sensación que me dio Angel
of Retribution en su día: la de encontrarme ante un disco atemporal. RoS reúne
los elementos clásicos de siempre (endiablados riffs de guitarra, la
contundencia de Travis a las baquetas, un Halford que nunca defrauda,
composiciones que enganchan a la primera) con una sabia adaptación a los
tiempos que corren.
Empezando por Dragonaut, ya desde el inicio descubrimos que
el disco promete. Buena pegada de Travis, una melodía pegadiza con buenos riffs
y un Halford que mide los esfuerzos y lo hace muy bien.
Siguiendo con Redeemer of Souls, corte con tinte épico, ya
cuando la divulgaron como aperitivo me recordó un poco a la etapa de Halford en
solitario y tenía miedo de que el disco fuera a seguir esta línea. Se escucha
bien, Halford poderoso al micro. Tiene cierto aire al Hell Patrol de
Painkiller, no pueden negarlo.
Con Halls of Valhalla, creo que se me erizó el vello. No
esperaba semejante pepinazo a estas alturas de la vida… Seis minutazos de
potencia reivindicativos, de esos que dicen: “no te atrevas a llamarme abuelo”.
Todo en esta canción carbura bien: Halford forzando a tope sus gastadas cuerdas
vocales y variando registros, ritmo frenético, endiablados riffs, batería.
Alucinante que aún puedan ofrecernos esto.
Sword of Damocles, corte con mucha pegada de la batería,
doble bombo. Algo más lento que lo visto hasta ahora, el estribillo es pegadizo
y la parte más acústica del corte está currada, aunque puede que sea de las que
menos me atraen. Con más escuchas termina gustando.
March of the Damned es un típico tema Judas de comienzos de
los 80, finales de los 70, aunque con la lógica adaptación a nuestro tiempo que
impregna todo el disco, resuelto con brillantes duelos de guitarra de los que
siempre nos han deleitado. El riff principal es muy pegadizo, me encanta. Y me
gusta ese registro que Halford usaba en sus inicios, en el que no necesitaba
dejarse la garganta para demostrar el peazo cantante que es. Atemporal.
Down in Flames, comienza poderoso en las guitarras, con esa
afinación algo más grave de lo acostumbrada y Halford muy acertado a las voces.
No es de lo mejor del disco, es de esos temas que hacen bulto, sin más.
Seguimos con Hell & Back, uno de los pocos temas en el
que noto cierto protagonismo del bajo. Medio tiempo pesado, que también tiene
cierto aire de sus discos setenteros. Otra de las que no me dicen mucho, tal
vez algo lenta sin aportar mucho más, aunque gana según avanza gracias al
trabajo de los guitarras. El final me gusta, súper clásico, me recuerda a los
tiempos del Stained Class o el Killing Machine, tendrían que haberlo sacado más
partido.
En el comienzo de Cold Blooded no puedo evitar recordar el
comienzo de Bloodstone. Incluso el título tiene que ver. ¿Será un guiño a
propósito? La verdad es que no pueden negar que el riff es casi el mismo. Hay que decir que la canción engancha, súper
pegadiza, con una atmósfera que te envuelve. Una vez más Halford está soberbio
sin tener que pegar gritos, y ésa es su grandeza. Canción muy completa, me
encanta, da variedad al disco.
Con Metalizer se termina el descanso de los últimos cortes y
volvemos a la caña. Base rítmica potente durante todo el corte, una composición
bastante lograda, Halford entonando muy bien. Otro de los temas a destacar para
mí, que demuestran que esta banda aún tiene cosas por ofrecernos y aún puede
enganchar a nuevo público.
Crossfire nos muestra nuevamente una esencia clásica. Una
reivindicación de lo que es bueno y ya casi no se hace. En este disco han
tirado más de sonido clásico que en álbumes anteriores, se nota que los Judas
ya se han cansado de intentar contentar a los que les piden un Painkiller tras
otro. Si te gustaba la época de los Killing Machine y similares, te gustará. A
mí sí. Genial Halford, cantando como cantaba hace 30 años.
Secrets of the Dead, es de las prescindibles. Me recuerda
más a su Nostradamus y no es un disco que me emocionara demasiado. Es un tema lento, que tampoco tiene otros elementos que enganchen. Se agradece la inclusión de algún efecto que ayuda a crear la atmósfera del tema.
Battle Cry es otra de las delicias de este disco, que
transmiten energía y las ganas de esta banda de dar un golpe en la mesa. Corte
rápido, animado, con excelentes duelos de guitarras y Halford forzando más de
lo habitual. Travis soberbio una vez más. No pasará a la historia, pero
demuestra un gran saber hacer y entusiasmo.
Y para finalizar, faltaba la balada, Beginning of the End.
Buen acompañamiento instrumental para permitir el lucimiento a Halford.
Normalita, Judas las ha hecho mejores, pero siempre es una maravilla
escuchar a estos tipos sacando lo mejor de sus instrumentos.
Respecto a los bonus de la edición Deluxe, a falta de más
escuchas me quedo con Snakebite de corte muy ochentero, podría haber sido
incluida en cualquiera de aquellos primeros discos. Tears of Blood suena muy decente, y junto con Snakebite
podrían haber sustituido a otras como Hell &Back y Down in Flames.
Creatures, un tanto atípica, se aleja un poco del estilo
Judas. Cumple como cara B, al igual que Bring It On. Never Forget, otra baladilla para cerrar, ahora sí, este
último trabajo de los Judas. Muy entrañable, edulcorada.
Para finalizar, destacar que estamos ante casi hora y media
de nuevo material. Los seis años de espera han merecido la pena, con un buen
puñado de canciones que entran de primeras y otras muchas que lo harán con el
tiempo. El nivel del disco es bastante alto en general, mejor que Nostradamus y
a la altura de AofR, por decir los más recientes, ya que es difícil comparar habiendo semejantes saltos temporales. Reúne lo que creo que cualquier fan Judas
puede esperar.
Faulkner supera con nota el órdago de suplir (que no
sustituir) a Downing, aunque quién sabe lo que podría haber aportado este
veterano.
Ojalá no sea (aunque lo tememos) el último álbum. De
momento, es tiempo de disfrutar de este buen material y de desempolvar el resto
de sus clásicos. Quién sabe, los dioses no entienden de tiempo.
TrackList:
01. Dragonaut
02. Redeemer of Souls
03. Halls of Valhalla
04. Sword of Damocles
05. March of the Damned
06. Down in Flames
07. Hell & Back
08. Cold Blooded
09. Metalizer
10. Crossfire
11. Secrets of the Dead
12. Battle Cry
13. Beginning of the End
Bonus tracks:
01. Snakebite
02. Tears of Blood
03. Creatures
04. Bring It On
05. Never Forget
TrackList:
01. Dragonaut
02. Redeemer of Souls
03. Halls of Valhalla
04. Sword of Damocles
05. March of the Damned
06. Down in Flames
07. Hell & Back
08. Cold Blooded
09. Metalizer
10. Crossfire
11. Secrets of the Dead
12. Battle Cry
13. Beginning of the End
Bonus tracks:
01. Snakebite
02. Tears of Blood
03. Creatures
04. Bring It On
05. Never Forget