Muy buenas
de nuevo, metal bros!!
Aquí traigo
fresquita una larga y extensa crónica del último concierto de Arch
Enemy en la capital estatal. Esta vez no viene acompañado de
material gráfico, porque literalmente me presenté allí con lo
puesto.
Aunque
después del conci me han dicho que estaba todo vendido yo vi
muchísimo espacio. No sé si será por tema de seguridad, pero la
verdad es que no daba la sensación de ser un llenazo.
Bueno,
vamos al tema. Por un lado me han preguntado sobre la comparación
entre la queridísima Angela Gossow, anterior vocalista y la no menos
impresionante Alissa White-Gluz. Yo debo ser de la vieja escuela ya,
porque aunque ambas rayan a un nivel brutal, pero Angela siempre será
Angela jeje. De todas formas, Alissa es ya la que centra las miradas
de todos. Si Michael Amott lleva al grupo en todos los temas, Alissa
hace lo mismo con el público, de forma que todos nos sentimos
pequeños miembros de Arch Enemy en algún momento.
Está
claro que estando al nivel que están Alissa ha cubierto el hueco de
Angela de la mejor forma posible. Espero que tengamos “frontwoman”
para rato porque la banda descarga en ella toda la rabia de los
temas. No veo mejor relevo para Angela. Sobresaliente para la
canadiense.
Entrando
en el desarrollo del concierto, he de indicar que hasta que no
tocaron el brutal “The Race”,
el sonido no estuvo del todo ajustado y la gente estaba más
preocupada de grabar con los móviles que de conectar con la música.
The Race
ha sido el mayor punto de inflexión que recuerdo recientemente en un
concierto. A partir de este tema el conci sólo fue hacia arriba, más
y más. Aquello no lo paró nadie.
Comenzó
el espectáculo con la intro Set Flame
to the Night. Puesta en escena
espectacular para tratarse de Arch Enemy. Las bandas cada vez cuidan
más los efectos de luces y la combinación entre banda y técnico
nos hizo disfrutar de un juego muy interesante. Tras la intro Alissa
sale en tromba con Ravenous
del disco Wages of Sin.
Sinceramente no me lo esperaba. Tal vez porque ni había mirado nada
del setlist
que estaban usando.
Salvo
por un sonido demasiado descompensado, la voz de Alissa estaba baja,
el bajo demasiado alto, no pudimos disfrutar en pleno de las luchas
épicas entre Mr. Amott y Jeff Loomis. Vaya par de hachas. Con estos
dos no se puede fallar.
¡Hello
Madrid! Grita Alissa en el tempo lento del tema para seguir dándolo
todo. Ya veréis que el setlist
se compone en más de la mitad de temas de los dos últimos discos en
los que ha estado ya al frente Alissa, así que escuchar este
Ravenous
cantado a tan mala uva fue algo muy gratificante.
Cambiamos
un poco de registro y vamos con Stolen
Life, tema que aunque no lo parezca
supone un respiro y la gente corea a tramos. Otro punto a señalar
del público que siempre he visto con Arch Enemy. Muy pocos pogos,
jaja. Con lo que me gusta, cuesta encontrarlos. Y hay temas que ni
tocados por Slayer darían para soltar tanta energía, pero si sois
de ver los concis tranquilos, os aseguro que podéis hacerlo
perfectamente a 4m del escenario porque la gente va muy tranquila,
demasiado a veces para mi gusto XD.
Y aquí
es cuando la liamos. Siento repetirlo de nuevo: The
Race, vaya temazo, vaya rabia,
rapidez, caña de la buena. Como sonó en directo, mil veces mejor
que el disco aunque cueste creerlo. Porque la banda lo dio todo, eso
en el disco no se puede ver. Esa Alissa aumentando el ki
como si se tratara de Vegeta transformándose en Super
Saiyan. Lo mejor con diferencia. Sólo
por un tema tocado así en directo se puede uno permitir pagar la
mitad de la entrada.
Seguimos
con War Eternal,
con el sonido perfecto ya. Ya habíamos disfrutado en The
Race con Daniel Erlandsson a la
batería, que no dejaría de llevar el ritmo hasta el final. Cada vez
más conjuntado con Sharlee D'Angelo al bajo. Una base muy potente,
que le da mucha fuerza a los temas, en esa mezcla de melodía y
brutalidad tan característica de Arch Enemy. Se había puesto el
nivel muy alto, pero a partir de aquí ya no bajó. La gente
comenzaba a conectar, se veían caras de felicidad, gente asintiendo,
bailes metaleros, si, algún día os contaré lo que es eso de
combinar los movimientos más flower
power de Woodstock en un conci de este
tipo. Se notaba que hacía tiempo que no iba a uno ja ja.
Todos
gritando: ¡Remember who you are!, que bien conjuntado. Amott y Lomis
a lo suyo, impecables, sonido limpio, felicidad en sus riffs y
punteos y Alissa en perfecta comunión.
La base parece sólida lo que augura muy buen futuro a la banda.
Y
cuando ya habíamos “recordado quienes somos”, tocó otra de los
grandes momentos. Uno de mis temas preferidos de la banda, tal vez no
del todo el público, pero si mío: My
Apocalypse. Poco que decir, que estuvo
a la altura de las expectativas, que en este tema Daniel Erlandsson
se luce aunque no por rapidez o técnica, sino porque el tema es suyo
por entero.
Continuamos
sin descanso con Blood in the Water
y yo acordándome de lo que es que un concierto te enganche y la
banda transmita y el público conecte. Cosa muy curiosa que ocurre a
veces cuando hay gente que transmite un mensaje. Y he de decir que
aunque el grupo me gusta bastante esa conexión no siempre ocurre.
Arch Enemy lo logró el pasado viernes ante las palmeras de la Sala
La Rievera. Si, esa de las “fucking palms”.
Tras
la sangre en el agua, damos paso a No
More Regrets, un tema que no está en
mi top, pero como os digo entre los discos War Eternal y el último
objeto de presentación: Will to Power, salieron más de la mitad de
los temas del setlist. Yo creo que este tema se caerá de un futuro
setlist.
Aunque no hay nada que objetar a su ejecución. Y estábamos tan
enganchados que solo un pufo nos hubiera hecho bajar del tren.
Seguimos
con la intro melódica de You Will Know
My Name, este fue el tema donde ya me
rompí la voz sin yo saberlo. Aun lo estoy pagando. También sufro
las consecuencias del headbanging
provocado entre otros por temas como Bloodstained
Cross. Tengo que meter una rutina de
ejercicio para el headbanging
intenso en la zona posterior del cuello jaja.
A
continuación se nos vino uno de los temas más interesantes por
composición y letra: The Eagle Flies
Alone. Os recomiendo ver el videoclip
de este tema muy del gusto de la banda y de Alissa. Coreamos parte
del estribillo todos juntos ¡forever!. Pura melodía. Y seguimos con
más melodía. Un descanso merecido para la balada, si, la balada del
último disco: Reason to Believe.
Alissa trató de sacar todos los registros de su poderosa voz. El
resultado muy potente, haciendo muchas variaciones con registros
diferentes al tema del disco. No sé por qué me da, que se va a
quedar en el setlist
por mucho tiempo. La verdad que sonó espectacular y da un respiro al
personal. Es el momento del lucimiento vocal de Alissa y por eso creo
que lo mantendrán.
Y
claro nos recuperamos de tanta melodía con caña de la buena: As
the Pages Burn. Y después otra grata
sorpresa: Dead Bury Their Dead.
Una sonrisa de oreja a oreja, el grupo vuelve a sonar extremadamente
potente, con mucha rabia. Esa mezcla tan dulce y brutal. Gran
lucimiento para D'Angelo y un cada vez más crecido Daniel Erlandsson
aporreando de lo lindo. Un tema con reminiscencias de puro black
metal en los riffs y un bajo y una batería muy muy potentes, que
para mi gusto fue lo mejor después del soberbio “The
Race”.
No
menciono el nivel al que rayan Amott y Loomis, porque es como
cuestionar el baloncesto de Michael Jordan. Simplemente están a un
nivel tan alto, que das por sentado que siempre lo van a hacer de 10.
Sólo te fijas de verdad si alguno flojea. Yo no detecté tal caso.
Y
cuando yo esperaba mucho más, un tema triste para mí: We
Will Rise, triste porque marca que el
concierto está en su última fase. El tema que sacó a Arch Enemy a
una mayor luz, con sus detractores y sus amantes. El tema que Angela
vociferó en todo el planeta para hacer a la banda cada vez más
grande, y que se cumple a pies juntillas. Ya no es un futuro,
They will no trise, They have risen. “Anything I want to
be”, cada frase caló hondo en todo el respetable, de los cuales
por la encuesta que hizo Alissa casi la mitad eran novatos a la hora
de disfrutar de la banda sueca.
Pero triste porque ya
solo quedaba el bis, y yo sabía que poco o nada me iban a conceder
de discazos como Rise The Tyrant, pero está claro que la
banda apuesta por sus últimos Long Play.
Bonito juego de luces
para lucimiento de Loomis bajo un foco que giraba a la velocidad de
sus riffs, y enlazamos con Avalanche y Snow Bound para
relajarnos e ir poniendo en calma nuestro cuerpo y asimilar la
despedida. Muy bien elegidas estas notas tristes que claman a un
adiós, esperemos que a un hasta pronto. Que por cierto se confirma
con la presencia de la banda este verano en Madrid en el Download
Festival.
Y tras casi echar la
lagrimilla una bofetada contra la sensiblería: Nemesis. Con
la voz rota cantamos: ¡United we stand, we stand!, como dirían mis
queridos Overkill y su estrofa más consabida al mejor estilo de los
tres mosqueteros:
One for all, all for one
We are strong, we are one
One for all, all for one
We are one, Nemesis!
We are strong, we are one
One for all, all for one
We are one, Nemesis!
¡We are Nemesis, copón!
Que rabia en cada letra para mirar a Mr. Amott, Alissa, Loomis,
D'Angelo y Erlandsson agradeciendo su esfuerzo.
Sigue amando
a tu Archi Enemigo