Dave Mustaine (voz/guitarra). Lanzamiento: 4 de junio de 2013.
Chris Broderick (guitarra).
David Ellefson (bajo).
Shawn Droover (batería)
Lista de Temas:
- Kingmaker
- Super Collider
- Burn!
- Built For War
- Off The Edge
- Dance In The Rain
- Beginning Of Sorrow
- The Blackest Crow
- Forget To Remember
- Don’t Turn Your Back…
- Cold Sweat
Bonus: A House Divided.
All I Want.
Aquí
tenemos el decimocuarto álbum de estudio de nuestros idolatrados y
venerados Megadeth, sin haber tenido que esperar mucho, ni siquiera dos
años.
Tras su anterior álbum, Thirteen, que pasó algo
inadvertido y dejando algo fríos a sus fans, muchos nos preguntábamos
cuál sería el resultado de un nuevo intento habiendo pasado tan poco
tiempo.
La respuesta la encontramos en este Super Collider, que
debo decir que no pasará a los anales de la historia ni será considerado
uno de los mejores trabajos de Mustaine & Co. Las críticas hasta el
momento han sido bastante duras, empezando por los registros vocales de
Dave y terminando por la “tibieza” del álbum, o que no sea un álbum de
thrash metal.
Tras muchas escuchas y sin querer precipitarme,
tengo que decir que el resultado global es discreto, podría estar al nivel de Thirteen (el cual ha ganado puntos con el tiempo), por poner
un ejemplo, y creo que está bastante por debajo de esfuerzos anteriores
como Endgame o UA. Pero sin duda, tiene momentos brillantes en los que
Dave destapa el tarro de las esencias y oímos soberbios solos e incluso
canta aceptablemente.
Para empezar, nos encontramos con
Kingmaker, para mí un estupendo inicio que reúne lo que todos queremos
oír de este grupo: potencia desde el primer momento, con redobles de
batería despiadados y ritmo contundente. Sólo falla que Mustaine hable, en vez de cantar. Un gran tema que ya me pareció un acierto cuando le escuché en el Sonisphere.
Continuamos
con el corte que da nombre al álbum,
Super Collider. Se trata de un
medio tiempo bastante comercialote, aunque reconozco que tiene ritmo, es
pegadizo y Dave entona bien. Fue el otro tema que anticiparon en
directo, en este caso no movió al público.
Con
Burn! disfrutamos
de un pequeño solo de guitarra antes de pasar a un corte decentillo,
cuyo riff principal me recuerda mucho a Burning Bridges, de TWNAH. A
destacar el trabajo de Broderick. No está mal, aunque se puede pedir más
a Megadeth. El estribillo se acaba pegando: Buuurnn, baby buuurnnn!!!
Built
for War es uno de los puntos fuertes de este disco. Potente desde el
inicio, con Dave (esta vez sí) cantando a un nivel aceptable, con la
energía de antaño, buenos riffs de guitarra y una parte con coros muy
pegadiza. De los temas que creo que todos habremos agradecido.
Llegamos
a
Off the Edge, un corte en general muy plano, sin chispa. Es de las
canciones que dan razón a los detractores del disco, personalmente no me
aporta nada.
Y tras estos 4 minutos de anestesia, aparece el que
es sin duda el temazo del disco,
Dance in the Rain. Empieza siendo un medio tiempo, con
una atmósfera algo oscura, y va ganando en potencia e intensidad según
avanza, hasta explotar en una buena colección de riffs y cambios de
ritmo que te ponen los pelos de punta. Como curiosidad, la letra está
basada en la novela “1984” de Orson Wells (aquella que acuñó el concepto
de Gran Hermano) y cuenta con la colaboración a las voces de David
Draiman (vocalista de Disturbed).
Tras este magnífico tema,
pasamos a
Beginning of Sorrow, con un breve solo de Ellefson, pasando a
un medio tiempo muy resultón, de riff principal tan sencillo como
pegadizo, muy característico de muchos temas de los últimos trabajos
publicados. Es otro de los temas que merecen bastante la pena y me gusta
el protagonismo de los graves, tanto del bajo como de la guitarra de
acompañamiento.
A continuación, el tema más extraño no sólo del
álbum, sino puede que de toda la trayectoria de la banda (salvando los
experimentos del Risk),
The Blackest Crow. De hecho, a fuerza de
escucharlo, le encuentro cierto regusto a ese disco. A destacar la
curiosa inclusión de un banjo y el ambiente sureño, aunque curiosamente
se alterna este ambiente con partes más potentes. Una apuesta arriesgada
de Mustaine que, en mi opinión, tiene mucho mérito.
Forget to
Remember, canción inspirada en el Alzheimer, debido a que la suegra de
Mustaine padece dicha enfermedad, no tiene mucho más que destacar al
respecto. Corte que apenas puede clasificarse como “hard rock”, es de
las canciones que deslucen al disco. Curiosamente, es una de las pocas
en las que Dave entona.
Tras unos minutos de descanso (o tortura,
según se mire) al oído, nos tropezamos con
Don`t Turn Your Back, con un
breve solo melódico, relajante e inspirado, que de repente da paso al
riff más machacón, grave y poderoso del disco, de esos que deseas oír a todo volumen con los amplis nuevos o en el coche. Otro
medio tiempo, con doble bombo flojito a lo largo del corte, buen trabajo
de los guitarras y un estribillo que se pega.
Y para acabar…
Cold Sweat, versión de Thin Lizzy, pero con mayor presencia de graves y
perdiendo el toque ochentero, con un buen Dave a las voces, un gran
trabajo de los dos hachas y buen acompañamiento de la parte rítmica. De
no gustarme al principio, está pasando a ser de mis preferidas, los
duelos de guitarras los clavan bastante bien.
En la versión
extendida contamos, además, con dos temas extra, con un Dave mucho más
entonado a las voces (que hace pensar por qué no ha mantenido el mismo
nivel en el resto del álbum):
- A House Divided, con la curiosidad
de contar con la incorporación de una trompeta, como ya hicieran en
Silent Scorn, se trata de un corte inicialmente lento, para pasar a una
parte mucho más thrasher, endiablada, muy de agradecer. Me gusta la
atmósfera y la energía que he echado de menos en otros temas, aunque no
resulta pegadiza.
- All I Want, se deja escuchar, es cañero,
currado, tiene bastante ritmo y pegada, la batería acompaña de cine y
Dave destila agresividad. Tema que con las escuchas irá ganando puntos.
Para
terminar, lo que sin duda no se puede negar es que, una vez más,
Mustaine ha conseguido ofrecer algo diferente y a la vez seguir sonando a
Megadeth. Hay que admitir que el disco intenta explorar nuevos caminos,
que la duración de los cortes y del álbum no llega a cansar (a
diferencia de los interminables temas que se marcan ahora Metallica o
Maiden, por poner un ejemplo).
Mustaine demuestra un grado de
compromiso con los fans, al menos en lo que se refiere a editar nuevo
material, hacer giras con frecuencia, es decir, tener presencia. Y eso
es algo que se tiene que agradecer, y mucho, a una banda tan veterana.
Las críticas, una vez más, demuestran que hay mucho fanatismo en el mundo del metal.