Podría haber escogido dos maneras de escribir la crónica de
éste concierto: al día siguiente y hacerla con el corazón y después del subidón, o esperar unos días y escribirla con la
cabeza y con el poso de la calma.
La opinión al respecto del espectáculo, es la misma, pese a
intentar mantener a objetividad lo máximo
posible
Sólo daré tres datos que hacen que éste concierto haya sido
el mejor que haya visto nunca en una sala (no en festival o pabellón): duración de 3 horas y cuarto que
no se hicieron largas, miembros sobre el
escenario 15 (como máximo),y la calidad de los temas. La interpretación y sus intérpretes
es algo subjetivo, pero tras leer crónicas de días posteriores veo que la opinión
es unánime, así que se asistió a un show que será largamente recordado.
Para ponernos en situación, corría el año 2012 y en una gélida
noche de cierre del Sonisphere tras los gigantes Maiden, Anthrax y Megadeth, les
tocaba cerrar la velada al súper grupo de Tobias Sammet, que ante las poco favorables
circunstancias se marcaron un magnífico show, y prometió resarcirse con un concierto
que estuviese a la altura de lo que merecíamos. Años más tarde cumplía su promesa, recordándonos
que es un hombre de palabra: volvió y
cumplió, y con creces.
Saltaba la banda puntual a las 8 en punto, formada por el bloque
de Tobías Sammet a la voz, el batería de Edguy Felix Bohnke (no muy técnico ,
pero efectivo y resistente a la fatiga), a las guitarras Oliver Hartmann y Sascha Paeth (comunicativo y cantando el primero,
algo serio, como buen cerebro en la
sombra, el segundo), a los teclados, Miro (un maestro de las atmósferas casi
cinematográficas) y a los coros Amanda Somerville y Herbie Langhans (dándolo todo,
con sus voces deliciosas o potentes
según les correspondiese), interpretando su single comercial de su último cd Ghoslights,
el cual repasaron ampliamente durante toda la velada (7 canciones). Según iban
transcurriendo los temas, aparecían por la segunda planta del escenario (con forma
de castillo medieval, estructurado en dos plantas y con terrazas) los
diferentes vocalistas que apoyaban al buen de Tobbi a las voces. Es espectacular lo bien que ha sabido educar la voz éste hombre
en directo, lejos quedan los shows de Edguy, en los que estaba más pendiente de
saltar, correr y bromear que de cantar.
Por orden de aparición y con sus respectivas ovaciones y presentaciones
pudimos deleitarnos de las espectaculares voces de Michael Kiske, Ronnie Atkins
, Bob Catley, Eric Martin y Jorn Lande. Me podría deshacer en elogios con cada uno
de ellos, a cada cual mejor, pero no voy a descubrir a estas alturas quienes son
estos monstruos de la voz: Martin un fenómeno
de elegancia y versatilidad, Atkins poniendo la garra y las ganas (dios, parece
que se le van a reventar las venas del
cuello y todos los poros de su roja
cara) , Catley la clase y la veteranía, Jorn una máquina que hace lo que quiere con su torrente desgarrador. De
Kiske solo decir que cuando canta, el mundo se para, los pelos se erizan, y el
alma se eleva, ¡cuántos años de deleite hemos perdido en su ausencia! (oh,
perdón, dije que iba a intentar ser objetivo).
A veces coincidían dos o tres cantantes sobre el escenario,
mientras que Tobbi, sólo se ausentó en dos o tres temas.
En las 6 primeras canciones repasaron sus dos últimos discos Ghoslights y
The Mistery of Time, con la banda totalmente empacada y entregada, con una calidad
de sonido (nada alto) e interpretativa excelentes. El respetable coreaba y
cantaba cada tema, hasta que en el sétimo acto cayó definitivamente en el bolsillo
del bueno de Tobi con su ese temazo de “11 minutos y 11 segundos” llamado The Scarecrow,
tema insignia de su mejor e irrepetible álbum del 2008. Acompañado por el vikingo
Jorn, la parte rápida de la canción nos puso a todos en nuestro sitio: una velada
de verdadero Heavy Metal, a veces edulcorado y comercial, pero una señora opera
de Metal del bueno.
Seguían dejando caer pocas perlas de sus 4 primeros discos, pero
durante ellas se vivían los momentos de mayor comunión y magia: ese exquisito
Farewell de su primer y enorme cd, o las largas The Wicked Symphny y Stargazers, iban abriendo el set list a sus
clásicos poco a poco.
Entre canción y canción presentaciones y discursos, no muy largos,
eso sí, de cada uno de los cantantes. Entre ellos destaco la pleitesía de Tobías
a Kiske( “ Sin éste hombre yo no sería cantante”), a su público (“ Estos conciertos
son la única y verdadera razón para ser músico”), Jorn alabando la pasión de
púbico español (“en Suecia son tan…suecos”), Eric Martin pidiendo ,más temas clásicos(
¡Bullshit!), y siendo respondido por Tobías
de que son un apoyo para Tobías (¡un apoyo, eres el jodido Eric Martin de MR
Big!, respondió Tobi), alabando también a Iron Maiden, recordando su promesa de
volver, alabando a su batería tras 3 horas de ejercicio( “más que Cristiano Ronaldo”),
le habían dicho que el Heavy no se llevaba en España pero habían conseguid 3 sold
outs seguidos…en fin, grandes momentos de sinceridad entre ellos y el público
que disfrutaba de lo lindo.
Se estaban reservando la artillería pesada para e final, y
aunque el cuerpo y la garganta pedían descanso la mente y el corazón no querían
que esa noche acabase nunca. Grandes baladas (The Story aint Over), Power clásico
del bueno (Reach out for the Light, Avantasia, Promised Land), pelotazos comerciales
(Dying for an Angel) y temas largos
(Twisted Mind) nos llevaban directamente al olimpo de Avantasia, ese mundo de
fantasía y magia, calidad y cuidado por el detalle, grandes colaboraciones e interpretaciones
que caracterizan a uno de los grandes grupos de la década y último bastión del
power Metal, que evolucionado y a veces suavizado sigue en pie.
El punto final fue para su single más radiado Lost in Space
y ese medley formad por Sign of the Cross
y Seven Angels (¿por qué no las tocarán enteras si son dos de sus mejores
temas?), primero a capea por el púbico y finalizado por todos los miembros de la
banda, regalándonos uno de esos momentos inolvidables, con todo el mundo saltando
y gritando emocionados y con ganas de subir al escenario a abrazar y a gradecer
a todos los miembros su pasión y entrega.
A día de hoy
cualquier concierto de una banda grande
que no llega ni a las dos horas, incluyendo solos, me parece una auténtica tomadura
de pelo. Tobías ha demostrado que se puede ofrecer calidad y cantidad. Gracias
por hacernos felices.
Material grafico a cargo de Cris, que dió todo como si fuese su fan número uno, y
tras esa noche casi seguro que lo es ;).
SET LIST:
(with Ronnie Atkins and Michael Kiske)
(with Amanda Somerville and Michael Kiske)
(with Michael Kiske and Bob Catley)
(with Jørn Lande and Ronnie Atkins)
· Prelude
· Encore:
(with
everyone on stage)